Contribuir al desarrollo futuro de la isla es la gran motivación de los cerca de 200 jóvenes rapa nui que cursan sus estudios universitarios en el continente. Para entender mejor cómo viven el proceso de adaptación a una realidad tan distinta a la de la isla, un equipo del noticiero del canal Mata o Te Rapa Nui acompañó a tres estudiantes durante una semana para conocer de primera fuente sus motivaciones y sueños.

Enerique Carrasco Hotus reconoce que adaptarse al continente no fue fácil. Llegó en plena pandemia y nunca había estado tan solo, pero su convicción de que había tomado el camino correcto pudo más.  Hoy. cursa el tramo final de la carrera de Arqueología mientras trabaja en el Museo de Arte Precolombino. "Ahora estoy haciendo un catálogo de la colección rapa nui que hay en el museo, pero desde la perspectiva rapa nui, algo que no puede hacer alguien que no viene de esa cultura. Cómo alguien que no viene de allá va a conocer la historia del moai Kava Kava", dice.

Para él, salir de la isla es una necesidad para quienes quieren contribuir al desarrollo de la Isla a futuro. "Necesitamos más arquitectos, abogados, y profesores rapa nui, porque vivimos en un mundo cada vez más globalizado y es necesario estar preparados para los desafíos que se avecinan y eso requiere educación".

De la misma idea es Tahira Maglioccheti Nahoe que estudia Geografía en el Campus San Joaquín de la Universidad Católica. Reconoce que trasladarse a la capital signficó un tremendo choque cultural pero es una convencida de que el crecimiento personal requiere de momentos de sacrificio. "Son etapas para evolucionar que a uno a la larga lo enriquecen porque tu mente se abre y de esta forma podemos llegar a tener conocimientos que son útiles para la Isla, cosas que nunca hubieramos imaginado de quedarnos en la comodidad que te da Rapa Nui.

Asegura que "el aprendizaje que hay en este tipo de decisiones que uno toma es muy enriquecedor. Mi mensaje para todos los estudiantes de educación media es que se motiven y se olviden del tiempo que les toma decidir que es lo que quieren hacer porque lo importante es estar seguros de su vocación y no tengan miedo a equivocarse porque eso también es parte de formación académica y espiritual también", 

Ignacia Pakomio se demoró cinco años desde que salió de educación media y decidió venir a estudiar al continente. "Hoy lo veo como la mejor decisión porque pude viajar, conocerme mejor y saber bien lo que quería hacer", cuenta, en un alto durante sus clases en la Universidad San Sebastían. "Lo más difícil es adaptarse a una realidad que es tan distinta. Aquí la gente es más fría, más impersonal y siempre anda acelerada. Me costó dejar atrás a mi familia (porque aquí estoy sola) y  la rutina que uno tiene en la isla, el poder ser más independiente y la facildad para trasladarase de un lugar a otro, lo que aquí es mucho más complicado por los tiempos y las distancias", reconoce. 

Pese a las dificultades, la estudiante de Ingenieria en gestión de expediciones y ecoturismo no duda en recomendarle a las nuevas generaciones rapa nui que se atrevan a salir de su zona de confort. "Con el tiempo uno se va a adaptando, por eso siento que venirme fue la mejor decisión y en el tiempo perfecto. Ese es mi mensaje, no importa cuanto se demoren en decidir qué quieren estudiar, lo realmente importante es lo que hagan porque aquí uno entiende lo importante que es prepararse para así poder contribuir a enfrentar los desafíos pendientes que tiene nuestro territorio".